Las estrellas de baja masa, como el Sol, se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo, que se condensan hasta que se forma un objeto central, o protoestrella, que crece absorbiendo gas de un disco a su alrededor y expulsa el material sobrante a través de dos chorros situados en los polos. Se desconocía, sin embargo, si las estrellas más masivas, que pueden alcanzar decenas de veces la masa del Sol, se forman a través de este mismo mecanismo. Un estudio internacional, liderado por el IAA-CSIC, ha obtenido la imagen más precisa de la protoestrella masiva NIRS3, que no solo parece sugerir que, en efecto, todas las estrellas se forman igual, sino que apunta que esta estrella alterna episodios de acumulación y expulsión de material.
Utilizando el Very Large Array (VLA) y el Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA), un grupo científico encabezado por el IAA-CSIC ha estudiado la estrella binaria SVS 13, aún en fase embrionaria, y ha proporcionado la mejor descripción disponible hasta ahora de un sistema binario en formación.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto en las nubes de Orión, a 1.500 años luz de distancia, el mayor vivero de estrellas nacientes hasta la fecha. Una suerte de granja estelar que revelará cómo evolucionan y desarrollan la chispa de la que nacen los planetas. Un hallazgo fundamental para desenmarañar el origen de la vida en el que han participado tres investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, en Granada:Guillem Anglada Pons (Menorca, 1957), Ana Karla Díaz-Rodríguez (Cuba, 1986) y Mayra Osorio (México, 1970).
Un trabajo, encabezado por investigadores del IAA, concluye que la estrella HOPS 108, en la nube molecular de Orión, podría deber su origen al chorro expulsado por una estrella cercana.
Las estrellas de baja masa, como el Sol, se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo, que se contraen hasta que se forma un objeto central, o protoestrella, que crece acumulando material mediante un disco en rotación a su alrededor. Simultáneamente, la estrella expulsa el material sobrante a lo largo de su eje polar en forma de un potente chorro, o jet. Se ha propuesto que, en algunos casos, estos jets pueden desencadenar la formación de otras estrellas.
Un equipo internacional de investigación, liderado por una investigadora española del Observatorio de la Costa Azul (Niza, Francia), y en el que participan investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y del Centro de Astrobiología (CAB-INTA), ha observado en directo y por primera vez la transformación de una estrella de masa próxima al Sol en nebulosa planetaria. Este fenómeno clave se consideraba demasiado lento como para ser observado. El trabajo ha sido publicado en The Astrophysical Journal del 10 de junio de 2015.
El fenómeno de la expulsión colimada de materia -los jets– se produce en objetos astronómicos muy diversos, como estrellas jóvenes, agujeros negros en núcleos de galaxias o estrellas en las últimas etapas de su vida. Sin embargo, aún se desconoce cómo se inician y qué factores determinan su grado de colimación.
La investigación, publicada en la revista Science, cuenta con la participación de investigadores del Institut de Ciències de l’Espai (ICE-CSIC/IEEC)-Institut de Ciències del Cosmos (ICC-UB) y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y está encabezada por Carlos Carrasco-González (UNAM, México).
Los planetas se forman a partir de discos de gas y polvo que giran en torno a las estrellas jóvenes. Una vez formada la “semilla” del planeta -una pequeña acumulación de polvo-, este agrega material y produce un surco en el disco con la forma de su órbita. Esta etapa de transición entre el disco original y el sistema planetario, difícil de estudiar y aún poco conocida, es, precisamente, lo que ha observado en la estrella HD169142 un equipo de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC).
Un equipo internacional de astrónomos españoles y mexicanos, encabezado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha desarrollado un estudio que revela la estrecha conexión entre objetos tan diversos como los núcleos activos de galaxias, las estrellas en formación, los púlsares o las enanas marrones. El trabajo se publica esta semana en la revista Science.
El estudio se centra en los chorros de materia a muy alta velocidad que eyectan estos objetos, y constituye una de las primeras evidencias de que se rigen por un mecanismo común gobernado por el campo magnético. Además, es un hallazgo pionero, ya que se trata del primer chorro magnetizado detectado en una estrella en formación.