Nos gustaría reconocer la brillante carrera de Alex. Alex era un experto mundial en simulaciones astrofísicas de chorros y, sobre todo, un buen amigo y colega. Los que tuvimos el privilegio de trabajar y conocerle nunca olvidaremos su capacidad para explicar cuestiones difíciles de forma comprensible para todos, así como su sonrisa espontánea y su buen sentido del humor.
